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Para Helena Almeida: ¿Mi cuerpo soy yo?
Miércoles, 10 de junio de 2020

Hoy celebramos el Día de Portugal recordando a Helena Almeida y su magnífico trabajo plástico que construyó en base a su propio cuerpo.
Hoy celebramos el Día de Portugal recordando a Helena Almeida y el magnífico trabajo plástico que construyó en base a su propio cuerpo. Para ello, os proponemos realizar una actividad creativa y experimental en la que pueden participar todos los públicos, desde niños hasta los más mayores.
Helena Almeida y la imagen de nosotros mismos
¿Quiénes somos? ¿Nuestro cuerpo o nuestro rostro nos representan? ¿Dicen algo de nosotros mismos? ¿Somos cómo nos ven los demás?
Estas cuestiones y otras se planteaba la obra de Helena Almeida en relación a su propio cuerpo, utilizando y cuestionando su imagen a través del medio fotográfico, que alteraba utilizando el dibujo o la pintura. Con ello exploraba no solo su cuerpo, sino también la capacidad de la fotografía de ser reflejo o simulacro de nuestra identidad. En un mundo en el que la fotografía ha dejado de tener necesariamente ese carácter indicial que le atribuía Roland Barthes, esa idea de que lo representado en la imagen fotográfica había estado allí, de la imagen como huella de lo real, actualmente, incluso en las fotografías que se muestran como instantáneas, todo está manipulado y alterado. Véase el mundo de los/as instagramer en el que todo se modifica mediante filtros y retoque digital para mostrar la imagen deseada, lo que se ha demostrado está en el origen del elevado grado de frustración que muchos adolescentes actuales tienen con su propia imagen, si comparada con la de sus modelos en las redes sociales, unos modelos que toman por reales a través de sus fotografías, y que muestran una imagen muy alejada de lo que realmente son. Así que podemos constatar que la reflexión que Almeida realizaba entre su propio cuerpo y su imagen no puede estar más de actualidad.

Fotografía, pintura y dibujo confluyen en Helena Almeida (Lisboa, 1934 – Sintra, 2018) a partir de 1969 en una práctica artística que se construye en los umbrales de todas estas disciplinas, creando un lenguaje propio que tiene su cuerpo como soporte de la intervención plástica. Hay en su obra una búsqueda de la corporeización del dibujo y la pintura, la necesidad de objetualizarlos utilizando como herramienta su cuerpo, anulando la distancia entre cuerpo y representación o poniendo en duda los límites entre ambos y simultáneamente dejando a la vista los mecanismos que quedan ocultos a la hora de enfrentar la percepción del sujeto con la representación.

Lo hace provocando cortocircuitos en la imagen, rompiendo los límites absolutos de los diversas técnicas o géneros de representación. De la pintura, toma la pincelada o trazo, del dibujo, la línea, haciendo que ambos salten del soporte, se independicen de la superficie fotográfica y se conviertan en realidad objetual. Por su parte, de la fotografía se queda con la capacidad de verosimilitud frente a la realidad representada. Sin embargo, también rompe sus límites al incorporar el pigmento sobre la superficie, poniendo en juego el carácter indicial del medio o al utilizar el blanco y negro muy contrastados, que no buscan el detalle sino el contorno y la mancha, características que de nuevo equiparan la fotografía al dibujo y la pintura. Provoca así fracturas en relación a la supuesta separación entre realidad y representación. ¿Dónde comienza lo real? ¿Dónde termina la representación? ¿Qué elementos son imagen y cuáles no? Todo ello es lo que constantemente nos plantea Almeida y lo hace en relación a su cuerpo, a sí misma, expandiendo las cuestiones más allá de la imagen hacia interrogantes como ¿Dónde termina mi cuerpo y donde comienza mi imagen? ¿Quién soy yo, lo que represento o lo que soy físicamente?

Como se ha dicho, “Las imágenes en las que Almeida pinta y dibuja en el aire, transformando la pincelada o el minúsculo trazo en algo corpóreo, ajeno a la superficie del soporte, como si un cristal la separase del exterior donde nos situamos los espectadores, se constituyen en espacios rarificados, extraños, como salidos de un sueño».
Para Delfim Sardo en la obra de Helena Almeida existe una compleja y difícil ambivalencia entre la realidad de la representación y la fisicalidad del mundo tridimensional, frontera permanentemente atravesada en su obra.
Es algo así como lo que planteaba Matrix, de los hermanas Wachowski, o la más reciente Inception, de Christopher Nolan, mundos donde la capacidad del individuo para diferenciar lo real de lo simulado quedaba totalmente anulado, donde lo tomado por real no era más que simulación. O en el ámbito de la identidad, la imagen psíquica que el protagonista de El Club de la lucha proyecta en su alter ego, Tyler Durden, en la película de David Fincher.
Otro elemento usual en su obra es la secuenciación de imágenes, casi a modo de fotogramas que recogen sintéticamente una acción performativa que la artista realiza desde y a partir de su cuerpo, como huellas de la acción, que también relacionan su obra con lo cinematográfico.
Un último elemento a reseñar sería el lugar donde siempre se desarrolla la acción, su estudio, que anteriormente fuera de su padre, también artista, asumiendo el espacio la naturaleza de una extensión más de su propio cuerpo, en este caso, ligada a la memoria.

Obras de Helena Almeida en la Colección Helga de Alvear
PARTICIPA: ¿MI CUERPO SOY YO?
Os invitamos a reflexionar sobre estas cuestiones inspirándote en la forma de trabajar de la artista portuguesa, quien, como hemos visto, unió la fotografía, siempre de sí misma, a la pintura o al dibujo.
Ahora tú, utiliza tu rostro, tu cuerpo, o partes del mismo, para construir una imagen nueva de ti mismo/a, donde los límites queden rotos, donde te construyas una nueva imagen o alteres la que piensas que tienes o que los demás quieren que tengas. Para ello, puedes valerte de recursos analógicos o digitales con los que intervenir sobre la fotografía y con los que proponernos otras formas de ver y de ser visto, donde tu imagen se mezcle y se diluya con lo real.
Envíanos tus fotografías a este correo tumuseohelgadealvear@gmail.com con tu nombre (si quieres puedes optar por el anonimato) y el título que le has dado a tus fotografías. Las podrás ver publicadas en nuestras redes sociales.
Gracias de nuevo por participar en el programa “En tu casa” y celebrar con nosotros el Día de Portugal, país al que esperamos poder visitar de nuevo muy pronto para disfrutar de sus paisajes, su cultura y sus gentes y ¡cómo no! de sus artistas.