En torno a las prácticas del Land Art

El Land Art (arte de la tierra o arte de la naturaleza) tiene su foco principal de surgimiento en el mundo anglosajón, siendo en Estados Unidos donde fue definido en muestras como “Erthworks”, Galería Dwan, Nueva York (1968) o “Antiforma”, Galería Gibson, Nueva York (1968).

Se trata de una serie de artistas que surgen en los años sesenta, en un periodo de ruptura con la modernidad, en una búsqueda por ir más allá de los límites tradicionales del arte. Estos artistas quieren redescubrir la capacidad de la naturaleza, su potencialidad física y energética. Crear usando los procesos y energías que la gobiernan, para superar la escisión provocada entre la naturaleza y el hombre por la tecnología y su uso dentro de los parámetros del sistema capitalista.

La obra asociada a esta tendencia, como señala Simón Marchán Fiz, y en relación al objeto artístico, no es propiamente un icono, sino más bien un índice, siguiendo la categoría indicial del filósofo C.S. Peirce (1839-1914). Las teorías de Peirce sobre el índex son sintetizadas por Philippe Dubois señalando que:

“[…] los índex (o índices) son signos que mantienen, o han mantenido en un momento dado del tiempo, con su referente (su causa) una relación de conexión real, de contigüidad física, de copresencia inmediata, mientras que los iconos se definen más bien por una simple relación de semejanza atemporal y los símbolos por una relación de convención general”[1]

Las obras que vamos a seleccionar para este itinerario comparten las características indiciales que define Pierce respecto a la naturaleza, con una conexión real, de causa-efecto en muchos casos, y de contigüidad física. Precisamente Robert Smithson, uno de los artistas exponentes de este movimiento, en un texto decía que había que terminar con la atemporalidad asociada a las obras de arte, haciendo relación a la preponderancia que tradicionalmente se había dado a lo icónico frente a lo indicial.

Siguiendo con la idea de Marchán Fiz la polaridad habitual entre arte-naturaleza o representación-naturaleza es suprimida por una declaración de la identidad entre ambos a nivel del arte.

En este sentido será fundamental el concepto de ENTROPÍA que estará estrechamente ligado a las características formales como al proceso de creación de estos artistas.

Concepto de entropía

El concepto científico de Entropía se definió en la Segunda Ley de la Termodinámica cuyos postulados fueron establecidos por el polaco Rudolf Julius Emmanuel Clausius en 1850. Se puede resumir así:

  • La cantidad de entropía del universo tiende a incrementarse en el tiempo.
  • La entropía es aquello en que todo sistema complejo tiende a ser destruido, que tiende a nivelarlo todo, a desordenarlo para llegar a un equilibrio.
  • La entropía de un sistema aislado se mide por el número de configuraciones de sus diversos microestados. En cualquier sistema aislado, la entropía, o el grado de desorden, siempre aumenta de un microestado a otro.
  • La entropía se ha denominado como flecha del tiempo, ya que es lo que permite distinguir entre pasado y futuro. La entropía es lo único que se crea en el universo, ya que la materia es siempre la misma y la energía ni se crea ni se destruye, se transforma. La entropía mueve al mundo.

La entropía y el universo

El universo parte de un sistema inicial de orden absoluto (Big Bang) – bajísima entropía, adquiriendo mayor entropía desde entonces, hasta que llegue un momento en el que se alcance el equilibrio (punto máximo de entropía), en la que todo aparentemente se detendrá. Sin desequilibrio (térmico) no hay posibilidad de trabajo, de transformación de la naturaleza en orden.  

En ese estado, el trabajo requerido para volver al orden será imposible obtenerlo de la energía que contiene el universo, al estar amplísimamente dispersa. Además, cualquier proceso que tienda al orden aumenta la entropía en otra parte del universo. A menor entropía en un fragmento del universo, mayor entropía en otro.

En este esquema quedan dos incógnitas. Uno, como surge todo de un sistema tan poco improbable como el Big Bang. Se habla de la existencia de un universo paralelo donde la entropía se comporta de forma inversa, del desorden al orden, y que al llegar a los dos extremos del sistema se invierten mutuamente.

De ahí viene la fascinación de estos artistas por lugares con gran entropía como los desiertos, las lagunas y el mar.  O por lo fragmentado, lo fracturado o por los elementos que tienden a una mayor transformación, a mayor entropía o desorden, como veremos.

Entender el concepto de entropía será fundamental para entender en qué consisten las obras de los artistas que veremos en este itinerario.

[1] DUBOIS, Philippe; El acto fotográfico. De la Representación a la Recepción. Barcelona, Paidós, 1986, p. 55

Robert Smithson (Passaic, 1938 – Amarillo, 1973)

Desde pequeño organizaba los viajes familiares a parajes naturales como el Parque de Yellowstone, el Grand Canyon o el Desierto de Mojave. Su interés por el arte hace que se le conceda una beca para estudiar en el Art Students’ League en Nueva York en 1953, donde entra en contacto con el expresionismo abstracto. En 1957 y 1958 viaja por Estados Unidos en autostop y conoce a los protagonistas de la Generación Beat, como John Keourac o Allen Ginsberg. No será hasta 1963 cuando empieza a crear “estructuras basadas en una preocupación especial por los elementos del material en sí”. A mediados de los sesenta entra en contacto con el minimalismo de Judd, Flavin o Dan Graham y comienza a realizar sus obras de espejos (la representación es un propio reflejo de lo real).

En 1966 comienza a interesarse por lo que denomina como paisajes entrópicos:

“los paisajes de perfil bajo, la cantera o la zona minera […] una especie de lugar atrasado o zona marginal”, y es entonces cuando concibe su primer earthwork, “Estanque de alquitrán y foso de grava”.

Su obra está influenciada por la geología (recorrerá los grandes desiertos norteamericanos para obtener material para sus non-sites) la historia natural, la antropología, la nueva física y la ciencia-ficción. Se basa o asume la naturaleza transitoria de la materia, precisamente por el concepto de entropía.

Richard Long (Bristol, 1945)

Formado en la St. Martin´s School of Art de Londres entre 1966 y 1968, es uno de los máximos exponentes de las prácticas del Land Art desde mediados de la década de los sesenta. Desde entonces, ha convertido el acto de caminar en una práctica artística y seña de identidad de sus obras, estableciendo una relación intimista con la naturaleza. Deja su leve huella individual en el paisaje mediante la disposición geométrica -principalmente circular, lineal o espiral- de elementos residuales tomados de ella, que únicamente perduran en fotografías o que transporta a pinturas, dibujos e instalaciones.

Tanto Robert Smithson como Richard Long realizan su obra en relación o mediante la acción de las fuerzas de la naturaleza. Lo principal es la materia, la energía y el tiempo (entrópico). Long señala sobre su obra que “se puede entender como equilibrio, una armonía de ideas complementarias […] un equilibrio entre las formas de la naturaleza [alta entropía] y el formalismo de las ideas abstractas de lo humano, como líneas y círculos [baja entropía]».

Peter Hutchinson (Londres, 1930)

Hutchinson es una de las figuras clave de lo que se ha denominado como arte ecológico o ambiental de las décadas de los años sesenta y setenta, junto a otros artistas destacados de su generación como Smithson, Christo o Morris, participando junto a ellos y otros artistas del Land Art en la exposición Ecological Art celebrada en la Gibson Gallery de Nueva York de 1969. En 1953 se traslada a los Estados Unidos.

Su obra parte de la intervención en espacios naturales donde la materia artística de origen orgánico se ve sometida a una continua transformación y alteración en relación con el tiempo, que documenta creando foto-collage con indicaciones textuales que han llevado a denominar estos trabajos como arte narrativo.

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